El turismo rural sigue al alza y cada vez los clientes son más exigentes. Es cierto que el perfil dominante demanda una experiencia “de desconexión” con el entorno urbano, pero cada vez son más quienes expresan la necesidad de disponer de acceso a Internet y de una cobertura telefónica óptima; algo que puede no estar al alcance de los propietarios de alojamientos rurales debido a las localizaciones especiales de sus negocios donde no siempre llega la infraestructura adecuada.

Imagen destacada: Casa Rural en el Valle de Baztán (Navarra). Por: Miquel Fabre

En el último informe del Observatorio de Turismo Rural se pone de manifiesto otro de los desafíos del sector: la transformación digital. Es constatable el gran esfuerzo que éstos están llevando a cabo para implementar mejoras en los sistemas de reserva on-line, una de las tareas pendientes en este ámbito, pues todavía queda un amplio margen para la correcta optimización de los servicios que todavía se basan en el contacto directo con el propietario del inmueble vía e-mail lo que supone una demora en las comunicaciones y puede echar al traste la generación de negocio.

Directamente enlazado con el punto anterior nos encontramos ante el reto de conseguir una implicación total de los propietarios en la actualización de precios y calendarios de sus casas, tarea que recae en exclusiva sobre ellos mismos. Una mala gestión en este aspecto repercute muy negativamente en la imagen y reputación del alojamiento en particular, suponiendo la mayor causa de fracaso en la contratación de estancias a través de portales de internet.

Como acabamos de subrayar, la reputación on-line se vuelve fundamental para lograr el éxito total del negocio. El modelo de negocio tradicional hace tiempo que ha quedado obsoleto, y el boca a boca ya no se reduce a un pequeño círculo de familiares y amigos del cliente. Con las aplicaciones virtuales cualquier persona tiene acceso al feedback que otros clientes proporcionan de la casa rural en cuestión y las malas críticas son nefastas. No cuidar al máximo este entorno es sinónimo de fracaso.

Y por último, como en cualquier sector, la publicidad on-line se come el terreno de la tradicional a pasos agigantados.  El impacto de las campañas en internet es inmensamente superior a todos los demás soportes gracias a la segmentación tan precisa que ofrece y por tanto garantiza que el mensaje sea recibido correctamente por el cliente potencial. En esto, los portales de comunicación especializados son los reyes absolutos. El 83% de los recursos publicitarios se destinan a estos medios, seguidos de los blogs de viajes (65%) y de Facebook, que sigue creciendo y se coloca con un porcentaje del 21%.

En conclusión, los retos a afrontar se concentran en el universo virtual y en salvar la brecha generacional que existe entre los usuarios tecnológicos. El sector debe continuar en la senda de actualización digital de la cual ya se ha recorrido una considerable distancia y de la que todavía queda otro buen tramo por cubrir.