El investigador oriundo de Alcañiz, Jesús Carlos Villanueva, ha descubierto, junto al arqueólogo José Antonio Benavente, tres nuevos conjuntos pictóricos rupestres en los aledaños de la localidad bajoaragonesa.
Imagen destacada: Pinturas rupestres descubiertas en Alcañiz. Fuente.
Estos tres grupos de pinturas rupestres se localizan en sendos abrigos rocosos, muy cerca de la cueva de Val del Charco de Agua Amarga. Este último es una cavidad rocosa de, aproximadamente, diez metros de longitud por cuatro de profundidad y en donde se pueden ver más de 150 representaciones diferentes, datadas en el neolítico y descubiertas en 1913 por Carlos Esteban, el farmacéutico de Valdealgorfa.
Las pinturas ahora descubiertas, que todavía no han podido ser datadas a falta de concluir el proceso, se ubican en tres cavidades en el Val de Maella, a apenas seis kilómetros al este del municipio de Alcañiz.
Las representaciones muestran escenas cotidianas de caza de las gentes que poblaron estos parajes hace muchos miles de años.
En el Corral de las Gascas, uno de los abrigos decorados, se puede observar una cierva que está siendo observada por un cazador sentado y acechada por otros tres personajes que portan arcos.
Los otros puntos donde se han descubierto estas pinturas son: el Abrigo del Mas del Obispo, con figuras esquemáticas cuyo significado todavía no está claro; y el Barranco del Muerto, que contiene una gran figura antropomorfa de casi un metro de altura y que representa a un cazador.
El estilo de este arte primitivo se corresponde con el Arte Rupestre Levantino, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y que comprende todas las obras neolíticas y paleolíticas del arco mediterráneo de la Península Ibérica.
El Gobierno de Aragón iniciará los trámites para que estos nuevos descubrimientos se unan al conjunto del Val del Charco de Agua Amarga e ingresen en la catalogación de la UNESCO antes descrita.