En Burgos, muy cerca de los yacimientos arqueológicos de Atapuerca, se encuentra el municipio de Salguero de Juarros. En este pueblo se ubica el parque Paleolítico Vivo. Un espacio zoológico que recrea el aspecto que estas lomas burgalesas tuvieron hace más de 10.000 años.
En el terreno del parque, de unas 150 hectáreas de extensión, conviven tres especies de animales que habitaron la zona hace 10 milenios:
Bisontes Europeos (Bison bonasus), con un estatus de conservación vulnerable; en libertad, solo habitan el Bosque de Białowieża, entre Polonia y Belarús.
Caballos de Przewalski (Equs ferus przeewalskii), en peligro de extinción y que hoy en día solo viven en las estepas de Mongolia, pero que otrora eran muy comunes en todo el supercontiente de Eurasia. Son los antepasados directos de todas las razas de caballos que existen en la actualidad.
Uros (Bos primiegnius), una raza reintroducida que pretende recuperar el Toro salvaje original, antepasado europeo de todas las razas bovinas de este contintente que hoy en día conocemos, y que se extinguieron en Europa en el siglo XVII. Los uros que hoy viven en Paleolítico Vivo son ejemplares procedentes de cruces de distintas razas bovinas descendientes de los mismos y que todavía conservan gran parte de las características morfológicas y aspecto de los animales originales.
Para ver estos animales en su estado de semi-libertad existen dos opciones:
Un safari en Jeep de una duración de casi tres horas y que recorre los hábitats de los animales permitiendo su observación directa. Algunos animales están acostumbrados a los vehículos y se acercan a ellos tanto, que es posible incluso tocarlos.
Una visita a pie, en grupos de 30 personas y con un recorrido, también, de casi tres horas de duración. No tiene dificultad alguna, salvo unos leves repechos, y el recorrido atraviesa varios parajes de espectacular belleza como un robledal centenario, abrigos rocosos y varios arroyos. No hay vallas entre el visitante y los animales, por lo que en todo momento se deben obedecer las órdenes del guía. Esta opción es la mejor para ver los animales. Los visitantes pueden variar su recorrido en función de dónde se encuentren los animales, por lo que la experiencia es muy diferente a la del safari en Jeep y también, mucho más intensa.
El parque también propone una serie de actividades, dirigidas público de todas las edades. Existen zonas rocosas especialmente habilitadas para realizar pinturas rupestres con los mismos materiales y técnicas que nuestros ancestros y con frecuencia, se suelen representar obras teatrales que reflejan la vida en esta sierra tal y como era en la prehistoria. También, en verano, se organizan campamentos tematizados para que lo más pequeños experimenten la evolución de la humanidad, desde la prehistoria hasta nuestros días, durante unas semanas de aprendizaje y diversión en un maravilloso entorno natural.
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