Existe una pequeña isla en las islas Canarias, de 27 Km. cuadrados, con playas vírgenes, naturaleza en estado salvaje, donde viven 750 habitantes y no existe el asfalto, sólo caminos, y dos únicas poblaciones donde sus calles son de arena.
Bienvenidos al pequeño paraíso de la isla de La Graciosa, la octava isla Canaria, que forma parte del Archipiélago Chinijo, y que fue reconocida oficialmente a finales de junio del 2018. Para muchos la gran desconocida, una pequeña joya en bruto, un lugar antiestrés, diferente, donde parece que el tiempo se detiene y del que una vez que la visites te quedarán ganas de volver.
Muchos quizás la conozcan si han viajado a Lanzarote y se han acercado hasta el Mirador de El Río, que es desde donde se pueden contemplar las mejores vistas de la isla, pues es el estrecho del Río de apenas un Km. de longitud lo que separa una isla de otra. Otros, la habrán visitado cogiendo el barco desde Órzola (Lanzarote) y, en 25 minutos que dura la travesía, han llegado a este pequeño paraíso.
Todos los que la visitan piensan lo mismo: volverían. ¿Pero qué es lo que la hace diferente? La tranquilidad que allí se respira, el contraste del paisaje volcánico con la variedad de azules de sus aguas cristalinas, sus playas vírgenes, las calles de arena de Caleta de Sebo y muchísimas cosas más son las que atrapan al visitante y la hacen única.
Sin duda, paraísos así existen, pero quedan muy pocos y somos privilegiados de poder disfrutarlos. Ahora bien, también hay que saber conservarlos. Para más información acerca de excursiones, cómo desplazarse, qué hacer y actividades en Visit La Graciosa tienes todo lo que necesitas.
Quizás, en los tiempos en los que vivimos, llama mucho la atención que no haya asfalto, y las la únicas maneras de recorrer la isla sean caminando, en bicicleta o en los taxi 4×4 autorizados de pasajeros.
Todo esto tiene una explicación, y es que la isla de La Graciosa forma parte del Parque Natural Marítimo-Terrestre del Archipiélago Chinijo, compuesto por los islotes de Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste, del que La Graciosa es la única que se puede visitar y la única habitada.
Todo el territorio está protegido, con lo que hay que respetar la naturaleza, flora y fauna que allí se encuentra, y no salirse de las rutas y caminos establecidos. Todo esto hace que sea un turismo diferente el que allí se practica, diríamos que a camino entre un turismo rural y turismo ecológico.
¿Y qué hacer en La Graciosa?
Si te gusta caminar, o montar en bicicleta esta es lugar. Las distancias no son muy grandes, y una opción es acercarse a conocer alguna de sus excelentes playas como la de Las Conchas, La Francesa; o acercase a ver su famosa Montaña Amarilla y poder subir hasta la cumbre, y a la vuelta, bañarte en su pequeña cala, la playa de La Cocina.
Distancias entre los 3- 6 Km. son aptas, tanto si se hacen caminando como en bicicleta, pues se trata de una isla llana, y el único impedimento que se puede encontrar es el viento que ese día pueda soplar.
Para los no tan deportistas, o que prefieran algo más rápido y cómodo, la otra opción es conocer la isla en taxi 4×4, el cual te llevará a hacer un tour conociendo los principales puntos.
Si quieres saber más, aquí tienes información detallada sobre qué hacer en un día en La Graciosa.
Practicar kayak, hacer snorkel en sus transparentes aguas en la playa de La Francesa, o hacer una excursión en catamarán para conocer la parte sur de la isla y pasar un día diferente son otras opciones para tener en cuenta cuando se viene hasta aquí.
La isla de La Graciosa además forma parte de la reserva marítima más grande de Europa, con 70.000 hectáreas, con lo que son muchos los aficionados al submarinismo que se acercan hasta aquí para practicar este deporte.
En la isla, hay una escuela de submarinismo que ofrece cursos desde iniciación hasta avanzados, así como salidas para conocer el maravilloso fondo submarino que rodea a la isla.
Como ves, hablamos de un auténtico paraíso ideal para desconectar. ¿A qué esperas para conocer La Graciosa?