El Ministerio de Medio Ambiente ha publicado una serie de pautas y “buenas prácticas para la observación de osos, lobos y linces en España”
Imagen destacada: Oso. Autor: Axel
La práctica del avistamiento de estas emblemáticas especies de la fauna nacional se está convirtiendo en un reclamo turístico de primer orden y las localidades y alojamientos rurales que se encuentran cerca de las áreas frecuentadas por estos mamíferos ya notan los beneficios que dejan los amantes de la zoología.
Debido al crecimiento que está experimentando esta actividad, el Ministerio ha decidido publicar estas pautas y consejos con el fin de preservar la intimidad de estas especies protegidas y de salvaguardar su hábitat en las condiciones adecuadas.
El sentido común ha dictado estas normas, pero, ciertamente, a todos nos conviene recordarlas y poder echar mano de ellas en cualquier momento.
Lo primero que nos recuerda el ministerio es que no debemos frustrarnos, puesto que no siempre va a ser posible avistar a los animales.
Hay que tener en cuenta que cuantas menos personas se agrupen en los puntos de observación, más posibilidades habrá de poder divisar algún ejemplar. Ya que se sentirán menos intimidados y más desinhibidos.
Además, se señala que deberíamos dejarnos siempre guiar por un profesional que conozca el entorno local y nos conduzca por los senderos y caminos adecuados carentes de peligro.
Las siguientes pautas también ayudarán a que la experiencia sea totalmente satisfactoria: Buscar un lugar alto y despejado; a mayor altura, la distancia y superficie que podemos divisar es mayor. Evitar coches u otros vehículos motorizados; los olores de los escapes y el ruido ahuyentarán a nuestras presas –de observación– además recomienda mantener el sigilo y el silencio en nuestro camino a pie. Tampoco debemos seguir a los animales con el fin de fotografiarlos o alimentarlos. Los podríamos nerviosos, podrían sentirse amenazados y actuar en consecuencia. Atacando.
Como animales salvajes que son, en cualquier momento pueden reparar en nuestra presencia y tener reacciones amenazadoras para nosotros mismos. Por eso también se aconseja localizar y dejar libre una vía de escape para huir si las cosas se ponen feas.
Al hilo de los peligros de los encuentros fortuitos, estas son los consejos que pueden salvarte la vida:
Con osos, lo mejor es despejar las dudas del animal de que representamos una amenaza para él, nunca hay que perderle la cara y tenemos que alejarnos realizando movimientos suaves. No corras, esto podría alterarlo. Un oso no te atacará con pretensiones culinarias, pero ni se te ocurra interponerte entre una osa y sus oseznos, eso podría resultar muy perjudicial para tu salud.
Respecto a los lobos, su temperamento reservado y esquivo hará que evite cualquier contacto con humanos. De todos modos, lo recomendable es mantenerse a una distancia prudente y retirarse sigilosamente si los animales advierten nuestra presencia.
El comportamiento de los linces es similar al de los lobos. Suponen un peligro menor al ser animales solitarios, pero podrían mostrarse agresivos si perciben una amenaza para sus crías o mientras se alimentan. Como en los casos anteriores, no corras y retrocede dejando espacio suficiente para que no se vean acorralados y puedan escapar.
En casos donde la amenaza suponga un problema más serio es importante tener a mano siempre el teléfono del SEPRONA para poder avisar de cualquier incidencia. Esta división de la Guardia Civil sabrá cómo sacarnos del atolladero de la forma más beneficiosa, tanto para nosotros, como para los animales.