Con apenas 11 habitantes, el pueblo de Llaés, en Gerona , alberga una casa rural de lo más misteriosa y original: El Castell de Llaés.

Fotografía del Facebook de Castell de Llaés

En lo alto de un risco de densa vegetación  y al final de un  largo camino en forma de zigzag, el cual hay que subir andando, se encuentra un castillo, cuya estructura esta datada en el siglo XVI y el cual fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1988.

Este castillo reformado y convertido en casa rural por Marc Guinjoan Sáez, tiene una capacidad de alojamiento entre 6 a 18 personas repartidas en 5 habitaciones dobles de matrimonio y 3 dobles con posibilidad de añadir camas supletorias.

Una vez se ha pasado su portón podremos observar a la izquierda la casa rural y a la derecha la iglesia San Bartolomé y el cementerio, lugares protagonistas de diversas leyendas, como la de que la sangre de un Conde de Barcelona, Wilfredo el Velloso, había servido para dibujar con los dedos las cuatro barras de la señera histórica.

Guinjoan escogió este lugar no solo por las vistas del Valle Boscoso desde la habitación, sino porque en ella vio que podría realizar su sueño, crear un lugar con el fin de desarrollar una serie de actividades que promovieran la cultura, el paisaje, el territorio y la educación.