La Fundación Artemisán considera e insta a las administraciones para que descataloguen la especie de arruí como exótica invasora, ya que asegura que no cumple con las condiciones para serlo. Al mismo tiempo, denuncian que en algunos territorios se está exterminando a la especie.
También está realizando planteamientos para retomar el plan de ordenación de los recursos naturales de Sierra Espuña de la región de Murcia, ya que diversos estudios certifican el beneficio de la especie sobre el ecosistema y la economía del territorio.
La fundación apunta que esta población de muflones del atlas norteafricano que encontramos en España es la única en Europa, ya que en África está prácticamente extinguido. Además, puntualizan que la administración ha dejado cientos de cadáveres abandonados en la zona de la Sierra Espuña, lo que va en contra de la legislación.
Desde la fundación recuerdan que este exterminio comenzó hace un año, cuando el Tribunal Supremo dio la razón a un recurso de Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y AEMS Ríos con Vida, sobre un catálogo de especies exóticas invasoras, entre las que el arruí se encontraba incluida, obligando a las administraciones su erradicación.
Antes de que se produjese esta sentencia, el Plan de Ordenación establecía que se debían mantener 300 ejemplares con vida de los 700 que habitaban la zona. Alfonso de Miguel, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que esta especie resulta muy beneficiosa para el hábitat de Sierra Espuña, advirtiendo de que si desapareciera provocaría daños irreparables, sobre todo en algunas especies arbustivas.
Jorge Cassinello, investigador del CSIC, explica que la especie no arranca la hierba al comer, como hacen otros herbívoros, consiguiendo que renazca su color verde y ayudando a controlar el riesgo de incendios. La especie también controla la invasión natural de matorrales, y por lo tanto, ayuda controlar el paisaje y lo convierte en un cortaguegos natural.
Las especies de cabras presentes en la zona no se ven afectadas por la existencia del arruí en la zona, ya que pueden convivir debido a que no existe disputa directa por el alimento.
Por todos estos motivos, ambos insisten en que el arruí no recoge los requisitos para ser considerado como especie invasora, ya que no contamina, ni hibrida con las demás especies, no transmite enfermedades, no desplaza a las otras especies existentes y no perjudica a la economía local.
También manifiestan que debido a la desaparición de la especie en África, las poblaciones de España de la especie pueden ser una gran reserva para conseguir evitar su extinción.