La oferta de la comarca se ha orientado durante los últimos años hacia visitantes de localidades relativamente cercanas, que realizan escapadas de fines de semana, y a personas que visitan la zona en temporada estival. Esta tendencia, que no pasa de alto a las entidades que promocionan el turismo en la zona, se refleja en la apertura de establecimientos durante la última década. Según datos oficiales, se pusieron en marcha seis negocios hoteleros, chocando con las 42 instalaciones entre apartamentos y viviendas turísticas.
Fotografía de Carnota. Autora: evadorrio
Aunque hay que destacar que este auge no se ha producido en todos los municipios por igual, ya que Carnota, Outes y Rianxo son las que concentran un 70% de las plazas existentes.
Noia, Porto do Son y Ribeira son las que poseen menos oferta, siendo la causa la implantación de viviendas de segunda residencia en estas localidades durante el bum de la construcción, dejando tras la crisis unas 3000 viviendas vacías, comentaba el alcalde de Ribeira, Manuel Ruiz.
La situación sonense es muy parecida, siendo en este caso la causa que el grueso de los visitantes en los periodos vacacionales ya que disponen de residencia propia en el municipio.
Los datos no benefician especialmente al turismo rural, ya que el 54% de las plazas ofertadas se categorizan como pensión, repartiéndose el porcentaje restante entre hoteles y casas de turismo rural.
A lo largo de esta última década parece ser que la apertura de nuevas casas rurales se ha estancado. Profesionales del sector señalan que la recesión económica fue determinante para que no se invirtiera en nuevos proyectos, ya que los requisitos a cumplir son bastante elevados.
Los negocios de este tipo no son muchos, ofertando unas 282 plazas. Sin embargo, ofrecen propuestas imaginativas, tanto a nivel de construcciones originales, como por actividades paralelas que ofrecen.
El empresario Manuel Lema vio materializado uno de los proyectos más singulares de Galicia hace tres años, las Cabanas do Barranco. Son unos apartamentos turísticos situados a 7,5 metros del suelo y en pleno contacto con la naturaleza.
Estas construcciones merecieron la atención de los arquitectos en varias ocasiones, siendo finalistas en los premios FAD de arquitectura; o recibiendo el premio en la categoría de equipamientos durante la gala del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia. Lema manifiesta que se pueden hacer multitud de cosas en materia turística, sin embargo la mayor dificultad se presenta a la hora de encontrar un suelo edificable que no perjudique el entorno natural.